Un hombre poseedor de
toda la sabiduría del mundo, era visitado por personas de muchos lugares para
aprender de sus consejos. Pero en cierta ocasión no se portaron bien y decidió
guardar la sabiduría en una vasija y ocultarla en una palmera. El hijo lo vio
ascender por esta y le aconsejó que se colocara la vasija en la espalda y no delante
como él la tenía para subir mejor. Decepcionado tras la lección de su hijo, la lanzó contra el
suelo y la sabiduría se extendió por todo el mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario